Se llama trabajo de parto. Durante el mismo, los músculos del útero, que ya han comenzado a colocar al niño en posición para su nacimiento, enderezan su curvado cuerpo cada tanto. Le guste o no, fuerzas superiores comienzan a desalojarlo.
Las primeras presiones sobre su cuerpo son suaves y sólo interrumpen su sueño, pero cuando las contracciones son más intensas y son más seguidas, lo mantienen despierto. La cavidad uterina se hace cada vez más larga y estrecha, su posibilidad de movimientos es prácticamente nula y las membranas que lo rodean se rompen y pierde el líquido que lo bañaba.
Lentamente comienzan a franquear el cuello del útero, con tejido muscular más rígido, y se enfrenta con los huesos de la pelvis materna, zonas todas desconocidas hasta ese momento para el.
Las primeras presiones sobre su cuerpo son suaves y sólo interrumpen su sueño, pero cuando las contracciones son más intensas y son más seguidas, lo mantienen despierto. La cavidad uterina se hace cada vez más larga y estrecha, su posibilidad de movimientos es prácticamente nula y las membranas que lo rodean se rompen y pierde el líquido que lo bañaba.
Lentamente comienzan a franquear el cuello del útero, con tejido muscular más rígido, y se enfrenta con los huesos de la pelvis materna, zonas todas desconocidas hasta ese momento para el.
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